Viajar por autopista en moto
Para rodar por lugares espectaculares siempre tenemos etapas de largas horas de autopista.
Con estos consejos se te harán más cortas y mucho más llevaderas.
No siempre se puede rodar por maravillosas carreteras de montaña con curvas enlazadas y paisajes espectaculares.
Las rutas buenas no suelen empezar en la puerta de casa (a menos que vivas en la comarca de La Vera, por ejemplo). Siempre que comenzamos un viaje toca chupar horas y kilómetros de tediosas carreteras autopistas; el largo coñazo que supone pasar tanto tiempo encima de la moto, a alta velocidad, sin nada que mirar ni que hacer salvo mantener apretado el puño del acelerador y la atención delante de la moto, hace que sea peligroso porque en cualquier momento un frenazo del que nos precede o una salida de pista puede aguarnos la fiesta.
Para llegar hasta Durango, en Vizcaya, tuve que superar más de 5 horas de viaje, la mayoría de autopistas.
Además, con el tiempo, las piernas comienzan a anquilosarse y duelen. El trasero se duerme, el cuello se endurece, las muñecas se cargan, las lumbares tiran, los ojos pican, los dedos se adormecen, a cada unos nos empiezan los dolores por nuestras partes más débiles al verse afectada la circulación de la sangre por la falta de movimiento físico, hasta el punto de la fatiga y el “no puedo más”.
Desde VidaEnMoto te damos algunos consejos que te serán muy útiles para esas etapas de transición que llamamos, esos días en los que salimos o llegamos de/a nuestra ciudad hasta el punto en que dejamos de conocer el entorno y podemos mantener nuestra atención, ya que la vista está fuera de la rutina.
Acabo de volver de un viaje de unos 1600 kilómetros y me iba acordando de algunos trucos que, aunque sabidos, me olvidaba de utilizarlos. Pensé que sería buena idea recopilarlos y compartirlos para mayor seguridad:
Cambia la altura del asiento
Las motos nuevas permiten modificar la altura del asiento en cuestión de minutos. Esto es una gran ventaja para los viajes largos ya que nos tiramos horas en la misma posición. El hecho de cambiar la altura del asiento conllevará un cambio en todo el cuerpo, la flexión de las piernas, la postura de los pies, la elevación de los brazos y la posición de la cabeza.
Otro punto es que si normalmente llevamos el asiento alto, el conducir en posición baja hará que nos refugiemos más tras la pantalla o cúpula, lo que siempre viene bien de cara a un viaje por autopista en el que tomaremos la mayor velocidad que nos permita la máquina y nuestro cuerpo, aparte de ya de las limitaciones legales, porque se supone que la vía no será el problema.
Si tu moto no tiene esta posibilidad, puedes cambiar la altura del asiento tras una parada en el camino simplemente sentándote sobre una sudadera o toalla de tu equipaje, a ser posible bien sujeta al asiento mediante cordines, eslingas o similar.
Tu altura subirá, tu trasero irá más blando y la posición del cuerpo será diferente, lo que redundará en menor fatiga.
Mantén limpia tu visera
Aunque viajes en invierno la visera y la pantalla de la moto acabarán cubiertas de cadáveres de insectos, tomando unos colores amarillos y rojos preciosos pero que te dificultarán en mayor o menor medida la correcta visión de la carretera. No te digo nada si viajas en verano, aquello parece un Picasso.
Y desde luego no es la mejor opción usar esos cubos de agua jabonosa que algunas gasolineras tienen al lado de los surtidores. Yo lo he usado alguna vez y hombre, limpia, pero te lo puede dejar peor ya que el agua esa suele estar grasienta y muy sucia.
¿Cómo limpiar tu casco? Aprovechando la parada de gasolina + estirao de piernas + Coca-cola o similar, puedes extraer la visera o cargar el casco entero en tu viaje al lavabo. Esa es la opción fácil. Agüita a saco y papel higiénico para secar y limpiar bien la pantalla.
¿Que no hay baño? toma el hielo de tu sabroso refresco y úntalo en el visor de tu casco. Ve despacio para que se vaya derritiendo en su paseo, dale varias pasadas y termina la limpieza con servilletas de bar, a ser posible que no sean de esas que parecen de plástico, aunque todo vale.
Este truco es muy de verano, mucho bicho y mucha terraza.
Puedes usar más de un hielo y puedes aplicar el mismo truco para la pantalla de la moto, si en tu caso te molesta mucho.
Es algo que he usado en muchas ocasiones y no, no raya la pantalla.
Control de crucero barato
Todos sabemos que las motos caras tienen control de crucero y sabemos que es uno de esos controles electrónicos que valen su peso en oro cuando se trata de horas de autopista sobre la moto.
Lo que no todo el mundo sabe es que hay opciones menos caras, opciones baratas y trucos personales.
Vamos por órden,
opción menos cara:
El Throttlemeister. Se trata de un aparato similar a un contrapeso de manillar que, al girarlo sobre sí mismo, deja fijo el acelerador.
Lleva mucho años en el mercado y aunque no lo he probado personalmente, la mecánica no parece complicada, el único secreto es encontrar el que encaje perfectamente con tu modelo de moto.
Para BMW nos echan una mano desde SierraBMWonline.com.
Opción barata:
El inventor es Cramp Buster, el del famoso Scottoiler, una palanca de plástico elástico en la que el peso de tu mano mantiene girado el acelerador, así de sencillo.
Muchos caímos en probarlo por su precio irrisorio: 10€. Y el resultado es perfecto, hace su trabajo como esperas que funcione.
Antes de salir lo colocas en su puño (a mi nunca me ha hecho falta la gomita que aparece en el vídeo) y lo giras de manera que no te estorbe en la conducción normal hasta que tomes la autopista, es decir, boca abajo apuntando hacia adelante.
Entras en la autopista, tomas la velocidad deseada y cuando empiezas a aburrirte aprietas embrague y giras el Cramp Buster hacia el lado inverso del acelerador, hacia tí. Colocas la mano apretando el mismo y vas soltando embrague hasta que llegues a la posición más cómoda para tu mano y tu velocidad.
Sencillo y barato.
La opción más barata:
Más barato es el invento de nuestro amigo David Corrales, de “La Circunvalación“. Consiste en un cordón o cuerda, el resto dejo que te lo cuente él mismo:
Almohadilla para el asiento
El mercado cada vez nos brinda más variedad a este respecto, estoy hablando de una de esas almohadillas para poner encima del asiento, que van sujetas por tiras anudadas a la moto.
Están rellenas de gel, neopreno o aire, son de fácil instalación y las puedes retirar al dejar la moto en la calle.
En cuanto a los precios, también varían mucho en función del material y la marca.
La alternativa a la almohadilla para el asiento es tan sencilla como un culotte de ciclista. Los hay para todos los bolsillos y con unas badanas muy muy cómodas. Te aseguro que no serás el primer viajero que lo usa y te aseguro también que notarás la diferencia y mucho en cuanto al confort en el viaje.
Reposapiés frontales tipo Custom
No es una opción a la que estemos muy acostumbrados en España, sin embargo en América está muy asumido llevarlo en motos no custom, imagino que por las largas distancias de la tierra.
Es de fácil instalación y trae consigo un aumento del confort en ruta. Se trata de unos estribos plegables que acoplamos a las defensas de nuestra moto (o al chásis) y quedan bastante discretos.
Se mantienen plegados el 90% del tiempo y cuando tomamos autopista los bajamos (incluso en marcha y con los propios pies), y montamos las piernas manteniéndolas estiradas. De esta manera las rodillas no se cargan, los músculos se estiran y podemos cambiar de posición cada vez que nos apetezca.
Aquí te dejo algunas opciones más.
Consejos in extremis
Ya sabes que es recomendable parar cada 2 horas, no esperes a agotar el depósito que luego puedes tener problemas.
Al comienzo de este último viaje, empecé a tener frío en serio al cabo sólo de una hora de la salida, ¡demasiado pronto para una parada!
En este Octubre tan caluroso no tenía pensado que al pasar por Guadalajara y de ahí al norte, pasaríamos por cero grados celsius, mucho frío para tan poca ropa.
Había salido temprano, pensé que con la aparición del sol subiría un poco la temperatura y así fue, pero muy lentamente.
Tenía que salir de la autopista principal en cierto punto y aproximadamente media hora más tarde, así que me dije, voy a esperar a salir y ya paro en el primer bar que encuentre, así avanzo un poco más.
Llegó el punto y yo ya estaba helado. Tomé la salida y enfilé la nueva carretera: ni un bar, ni una gasolinera, nada. Sólo más frío y cero tráfico. Además, la moto empezaba a pedir más gasolina y yo ya tenía las manos dormidas y el frío en los huesos. Por qué no habré parado antes, maldita sea…
No queda otra, seguí p´alante, tomé varias salidas sin encontrar pueblos cercanos, hasta que por fin llegué a uno que tenía una gasolinera al lado de un bar:
la mejor tortilla con chorizo del mundo y el mejor café, o eso me pareció.
Cuando notas que te empiezan a doler cosas, primero la típica, luego sientes el dolor también ahí, luego también acá, etc. Tu cuerpo te está pidiendo una parada.
Si quieres apurar un poco más para llegar a la gasolinera, al pueblo de turno o a completar las dos horas recomendadas, puedes hacer estos ejercicios.
Estira las piernas, sácalas de los estribos y estira hasta casi tocar el suelo o hacia adelante, muévelas y si puedes ponte de pie sobre la moto o simplemente haz fuerza (como una flexión de piernas, una sentadilla) como si te fueras a levantar aunque no termines el movimiento.
Con esto conseguirás hacer funcionar los músculos femorales y del glúteo. Estos últimos suelen dormirse con el paso de las horas y el propio peso del cuerpo.
Cada vez que te levantes un poco sobre tus piernas notarás cómo el trasero espabila y calmará un poco el dolor.
Gira la cabeza sobre el cuello. Hazlo despacito, tenemos todo el tiempo del mundo y es una zona delicada, máxime cuando te está pegando el viento en la cabeza. Haz círculos, ve de lado a lado y arriba a abajo. Relajarás un poco la musculatura cargada por compensar la fuerza del viento y la postura rígida en la moto.
Suelta el brazo izquierdo y muévelo, luego aprieta el embrague y ejercita el derecho, abre y cierra el puño, endereza la espalda, muévete sobre la moto.
Todos estos pequeños movimientos retrasarán unos minutos el dolor del viaje, pero no son más que parches temporales. Tu cuerpo te está pidiendo una parada, y esos 15 o 30 minutos obrarán maravillas en tus articulaciones.
Echa gasolina, come algo, bebe, ve al baño (que ahí en la moto parece que uno nunca tiene ganas). Te aseguro que a la vuelta te volverá la fuerza y serás otro.
Siempre recuerdo que eso me pasó a mí con la Kawasaki KLR cruzando Croacia de sur a norte.
Moto muy versátil pero pequeña para dos personas, poco cómoda en autopista, dolor de lumbares brutal y todo el día para recorrer 500 kilómetros. Completamente doblao y aún quedaba distancia…
Como control de crucero, tambien se puede instalar la palanca de cambios de una dicicleta en el manillar, acoplando el cable junto a al del acelerador, en el carburador. Saludos