Marruecos Nov 2023 – 3 de 3
Último capítulo de la andanza al sur del sur.
El día de la hostia
No te confundas, no es que fuese un día fenomenal 🙂
Desayuno, reapriete de todos los tornillos visibles y carretera. El falso Quad-Lock se ha quedado pegado y no hay manera de quitarlo, así que lo sigo usando. Hoy no hay prisa, la idea es acabar en Merzouga (a 45 minutos por carretera), pero iremos a la zona de la escalera Celeste, la Espiral de oro y la Ciudad de Orión. Arquitecturas modernas en medio del desierto y accesibles por los 4×4 turistas desde la carretera del sur y oeste. Nosotros vamos a ver si llegamos desde la del este.
Divertido, cogemos distancia entre nosotros y yo me sigo guiando por la vista y con un ojo en el OsmAnd. Hay que navegar “a rumbo”, el gps muestra una flecha grande en la dirección del objetivo. Como no hay caminos, sólo pone una flecha y si te desvías siempre sabes cual es la dirección correcta. Ahí yo estoy jodido, no tengo esa función (si alguien sabe ponerla en el OsmAnd soy todo oídos). Así que como digo me guío por la vista y torpemente con el móvil.
Hay clásicos momentos de darle caña… y encontrarse una acequia de medio metro de alto y uno de largo. Frenada de urgencia y caída despacito al hoyo. O los momentos esperados más complicados, lenguas de arena fina que te bloquean y has de pasar rápido. Cuando más rápido, mejor. Y yo que soy poco amigo de los riesgos gratuitos paso fuerte esas zonas en segunda y no más largas pensando que al acelerar levanto peso de delante y que al ser segunda, ante una caída, la velocidad no es muy alta y por tanto la hostia menor.
Cruzamos cauces de ríos (sequísimos) y seguimos adelante durante bastante tiempo (o esa es mi sensación, porque hay muchos obstáculos). Nos separamos y juntamos a tramos. Nos esperamos a veces en lenguas más largas de arena para ver que todo va bien, todo el mundo sigue adelante y así van pasando el tiempo y los kilómetros.
Ya más adelante, vamos cada uno a su guerra p´alante, pasando deprisa los montículos de arena fina que cada vez son más largos, mayor velocidad y mayor riesgo. Cada vez más tiempo sobre arena fina que sobre terreno sólido, así que mi ritmo es más bien en segunda y tercera dando gas hasta que me levanto de la arena, veo mi moto y miro atrás. No lo reconozco.
- ¿Por dónde hemos venido?
- Por allí (Emilio a mi lado señalando hacia atrás).
- Ya, pero por dónde hemos venido?
- Sigue las huellas.
- Es que no me acuerdo de por dónde hemos venido.
- ¡¡Aarón!! ¡Trackback!”
Ahí me dí cuenta de que me había caído y según me contaron fue por orejas, digamos que un mortal hacia adelante y perdí el conocimiento. Lo del salto lo vió Aarón desde el fondo, mientras intentaba desatascar la 990 allá más adelante. Pero al parecer Emilio estaba cerca y me ayudó a levantarme, levantó mi moto, recogió el móvil (que estaba por ahí en la arena) y me arregló las alforjas como pudo con pulpos. Digo “al parecer” porque no tengo memoria de ello. Al ver que estaba en blackout lanzó ese “trackback” (seguimos el track p´atrás que este está jodido). Yo ese ratito ni bien ni mal, simplemente no estaba allí.
A la vuelta con cuidado pero me fui entusiasmando y dando gas. Volví a caer por bloqueo de la rueda delantera pero sin consecuencias (me dijeron que esta parecía más jodida que la primera pero no me hice daño). Re-reparación de alforjas y para adelante. Eran unos 25km de vuelta hasta la carretera y de ahí a Erfoud unos 8 más.
Nota: acabo de ver que, en uno de los vídeos de Aarón, se muestra justo la caída que menciono, la que también salió por orejas: la cuarta y última de este reel.
Una vez allí estaba claro lo que había que hacer, fuimos directos a ver al alcalde, a Abdul, del Maison de nomade. Abdul tiene un bazar, una tienda de regalos y muchas ganas de ayudar. Suele parar en la calle principal a echar una mano a los que llegan al pueblo, turistas del offroad. Sabíamos que nos podría ayudar, le preguntamos por quién podría dar una cosida a las alforjas y dónde comprar pulpos que las sujetasen. Estas alforjas me han durado muchas rutas, tienen capacidad y son bonitas, pero no agarran muy bien de atrás y no aguantaron tanto bache y sobre todo el vuelo. Ya sabes, no son Morocco tested. Perfectas para un trail menos agresivo, no digo que no.
Mientras esperaba los recados, Aarón y Emilio se fueron a tratar de alcanzar de nuevo la Ciudad de Orión (y llegaron). Yo me quedé con Abdul sentadito pensando, acojonado por lo que podía haber pasado y relajando cabeza y cervicales. Afortunadamente estaba bastante bien, aparte de eso tenía un dolor fuerte en el pecho, un golpe en el pómulo derecho y el labio partido. La moto tenía las alforjas descosidas, la careta rota del lado derecho (WTF!), el retrovisor de ese lado guardado en la alforja y las antinieblas mirando al éter. Afortunadamente eso era todo. Podría haber sido peor pero no, estaba perfectamente, nada que no curase un té y un par de dormidas.
Abdul me consiguió los pulpos y una señora costurera que me apañó las alforjas. Cuando pude volver a montar todo, pagué la voluntad (que hoy en día me siento faaatal por no haber pagado más dada la situación) y me fui. Los chicos ya habían pasado por allí y habían conseguido una habitación en Merzouga. Es bueno que durmiera acompañado porque ese golpe en el pecho puede ser sólo la contusión o algo peor. Si pasa algo durante la noche es bueno que haya alguien al lado.
El camino hacia allí fui muy tranquilo, dándole vueltas y tratando de reconstruir los vacíos. ¿Cómo fue? ¿cuál fue el error? ¿con qué me dí? ¿cómo puede ser que tenga un golpe en la cara y la boca con el casco puesto? ¿cómo se rompió la careta en la arena fina? Me dí con el frontal de la moto, asumo, y luego me clavé en el suelo. Todo lo roto y lo que me dolía era del lado derecho. Ni idea, no he visto marcas que apoyen la teoría, las gafas estaban bien, el casco también y el frontal de la moto no muestra nada. Sigue rayándote pero no vas a ganar nada.
Merzouga
El parque de atracciones adulto del offroad está rodeado de resorts con vistas a las dunas. Cogimos el que está al lado del caro Tombouctou, bien de precio y perfecto de todo lo demás. Terraceo hacia el desierto, piscina (helada) y allí pasé el día siguiente tratando de descansar y desinflamar. Normalmente después de una caída aparecen dolores nuevos por la tensión del momento, pero por suerte no sentí mucho más. Afortunadamente las cervicales iban a mejor, sólo me dolía fuerte el pecho. Los amiguetes se hicieron una ruta envidiable hacia el suroeste: la Ciudad Perdida y la V. Allí se encontraron, en medio de la nada, con los amiguetes de los 4×4 ¡¡increíble!! Nos veríamos por la noche en el resort, que ellos no pillaron plaza en el mismo pero estaban cerca.
Y no pillaron plaza porque las ocuparon los chavales del “Africa Star”. 19 chicos con KTM enduro quevenían desde Fez ese mismo día. Se van moviendo y les llevan el equipaje en furgos. Muy motivados se iban a quedar dos noches allí, como nosotros. Estuve hablando con su mecánico, un local muy majete y con muchísima experiencia. Lamentablemente el segundo día me contaron que uno de los muchachos, que iba muy a fuego tol rato, cogió una duna por donde no debía y salió volando. Al caer sentado sobre la moto se dañó varias vértebras y se lo tuvieron que llevar en ambulancia a Marrakech, una de las ciudades que tiene buenos hospitales. No conozco más detalles, sólo sé que afectó al ánimo popular y bajó la intensidad general.
Por mi parte no soy buen enfermo, me aburro en seguida, así que cogí la moto y me fui a comer a Merzouga pueblo. Me di una vueltecita por la zona para probar la moto (que estaba todo bien) y a mi mismo. Todo ok, hay que perderle el miedo que si no a ver cómo volvemos. Y salvo por algo de inestabilidad por la jaqueca y aún algo de susto en el cuerpo, todo en orden.
De Merzouga al norte
Concretamente el día era Merzouga – Cárcel Portuguesa – Erfoud – Kerrandou.
Pues lo pasé bastante bien. No negaré que iba un poco con miedo, al ir solo y estar algo delicado y con dolores, no quería problemas ni agitar cabeza y cervicales. Jodido conseguir eso en offroad, pero la oportunidad de estar aquí no la tengo a menudo, así que con cuidao y p´alante.
No recuerdo qué iban a hacer exactamente los chicos, creo que buena parte en común, pero nos separamos, no quería presión por mantener el ritmo ni frenarlos. Llené en la gasolinera de Merzouga, donde charlé con un grupo de malagueños en T7´s y tiré hacia el norte. Todo el camino hacia la cárcel portuguesa se cruzan distintos terrenos, desde planicies de tierra volcánica, piedras y antes de llegar a una carretera hubo una zona de lenguas de arena que me acojonaron. No eran altas, pero algunos rodeos sí fueron bastante largos y temía perder la dirección correcta.
Engaché dos kilómetros de carretera que justo pasaban de nuevo los de las T7 y me salí otra vez al norte. Una buena tirada de piedras y planicies hasta que alcanzas otra carretera que cruza y de ahí a la “cárcel” ya no es nada. Ese tramito es apto para cualquier vehículo.
Tras los muros me encontré a un youtuber motero que, al ver que me ponía detrás porque llevaba un mostrenco de cojones y creía que podía tener problemas, me dijo qué suerte tengo, que así salgo en su vídeo ¬_¬
El tipo era intensito, así que foto y me voy. En la entrada de la cárcel justo me cruzo un grupo de trail ligeras que pasan rápido. Yo rodeo los muros continúo la ruta, atravieso un bonito pueblo sin asfaltar con niños y mucha agricultura. Kilómetro tras kilómetro consigo llegar a Erfoud a comer y de ahí al lugar de dormir ya toca paliza de carretera, con viento fuerte cambiante, nada destacable, un gran coñazo en cuanto a paisajes y trazado. Cuando llegué ya estaban los mushashos, ¡me dio alegría verles! todo bien, descanso, cena y a la piltra.
Kerrandou – Guercif
Etapa de trámite. Ellos se iban por campo, por una zona bastante interesante, con ramblas y montañas. Tenía muy buena pinta, pero entre mis alforjas (que por cierto habían aguantado bastante bien hasta entonces), mis dolores y mi cabeza, no tenía ganas de andar con prisa. Y aunque seguía con muchas ganas de offroad, no podría hacerlo a mi ritmo porque la distancia era grande, la prisa lleva a correr más riesgos y yo no estaba para esas alegrías.
Así que muuucha carretera, pasé frío pero vi camellos y muchos pueblos feos, feos. Algunos oasis increíbles, muy poco tráfico y menos motos. Tarde y dormida en Guercif. Paseo mientras esperaba a los chicos, que llegaron de noche. Al parecer es una conducción jodida la noctura porque no hay luces en la calzada, los paisanos caminan por la derecha de la carretera vestidos muchos con cuero negro y las luces de las trail clásicas (sobre todo la XR) son bastante pobres. Así que vas esquivando gente.
En cuanto a Guercif es una ciudad más feota y menos activa que Erfoud, muy poco turismo, sobre todo turismo internacional. Lamento decirlo pero igual que Erfoud tiene varios atractivos, Guercif ninguno.
Guercif – Nador
Ahí ya sí fuimos juntitos y de la mano hasta el Ferry. Tuvimos problemas porque no les funcionaba el datáfono y hubo que ir a sacar pasta. Pero preguntando a un señor local que iba en escúter nos llevó al mejor restaurante de pescadito de la ciudad: nos hinchamos de calidad y a buen precio. Hicimos tiempo en el paseo marítimo porque el ferry salía a las 22h de un sábado. Tarde y frío en la zona, pero entramos y directos a la piltra, derrotados. Mucho movimiento hubo esa noche, y hablo del mar, se notaba un sube y baja bastante violento, pero estábamos muertos y dormimos del tirón.
Al día siguiente a buscar los remolques y viaje a casa.
¿Cuándo volvemos?
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