Ruta por Hungría en moto
Pasando por Rumanía, Serbia, Austria y Eslovaquia, unos 1.700 kilómetros y una BMW R 1200 GS de la primera hornada. ¡Ven y te cuento!
La idea era recorrer Hungría, primero la capital, Budapest, en el centro, y luego ver las ciudades más significativas. Pero poco a poco te vas liando y vas viendo que pasabas muy cerca de ciudades importantes en países aledaños:
- Oradea, Arad y Timisoara en Rumanía.
- Subótica en Serbia (pensamos en pasar a Belgrado pero nos alejaba mucho y realmente no nos interesaba mucho lo que ofrecía).
- Viena en Austria (mi mujer me regaló por el aniversario un bendito desvío por los Alpes y un buen montón de curvas).
- Bratislava, paso rápido y fronterizo por Eslovaquia.
Tienes un buen montón de fotos guapas en la cuenta de Instagram de Vidaenmoto.
La Moto
Qué opciones tenemos? llevar tu moto, enviarla o alquilar una allí. Le dimos un buen repaso en este artículo, así que te recomiendo que eches un ojo a los detalles, muy interesante.
Así en resumen, por más que busqué, enviar la moto allí me salía mínimo 500 € sólo ida y sin mucha seguridad.
Llevarla hasta allí calcula cerca de una semana ida y vuelta sólo en desplazamientos por autopista (a 8 horas diarias sin paradas, o sea que es más). Cosa que no deseo ni a mi peor enemigo. Aparte del dinero (gasolina, noches de hotel, comidas, neumáticos y demás gastos de la moto), lo peor es el tiempo. Es lo de siempre, si tienes meses tiras desde tu casa por secundarias hasta Hungría o Georgia si hace falta, pero cuando tienes vacaciones reducidas el tiempo vale oro, y perder 7 días en transporte no disfrutable no es una opción.
Los alquileres no son baratos, como en otras ocasiones tanteamos las empresas de alquiler de motos de las ciudades cercanas más importantes: Viena (Aus), Bratislava (Esl) y Budapest (Hun).
Los precios eran más o menos lo habitual, 120/150 € al día las BMW gordas y el resto por debajo de 100, que era lo que yo miraba, claro. Si me lees habitualmente sabrás que soy bastante práctico y prefiero gastarme los dineros en gasolina y más días de moto que una moto mejor o más ostentosa. Razón por la cual suelo mirar la más barata y subir hasta los modelos que me parece que son un mínimo de calidad, comodidad y potencia cuando es un viaje con dos personas y tres maletas. Tampoco hablo de una 125cc, hablo de VStrom, Versys, CBF, etc. Motos ruteras, fiables y mucho más baratas de alquilar (y mantener).
Mi moto de alquiler
Y entonces apareció ella, una BMW R 1200 GS de primera generación, con maletas de aluminio y alicatada hasta el techo. Estaba ahí, disimulando entre GS LC, LC Triple Black, sabrosas y sexis 850, etc.
Para mí era una más hasta que comprobé su precio al cambio. Por alguna razón, al meter cierta cantidad de días el precio bajaba hasta 73 € al día!!! hostias, aquí tiene que haber algún error.
Contacté con Zoltán, de https://motorbikerent.hu/ Un tipo majete y su padre llevan el negocio, un taller de motos local que también tiene un buen número de ellas para alquilar. Está situada al sur de Budapest, en un pueblo llamado Érd, digamos que es el Alcorcón de Budapest pero mucho más pequeño y tranquilo.
Zoltán me atendió con seriedad, no fue el más simpático pero fue siempre correcto. Yo con mucha cautela porque no me lo creía, pagué un adelanto encomendándome a San Judas Tadeo por si resultaba ser todo un timo. Pero al final no sólo no lo fue sino que nos trataron realmente bien. A petición nuestra instalaron un porta móviles (que no traía en principio) y por el mismo precio de la moto nos incluyeron:
- Los tres maletones de aluminio (más grandes que nuestras maletas de vuelo).
- Las bolsas interiores de las maletas, originales de BMW GS (muy muy cómodo cuando rehaces las maletas a diario durante semanas).
- Cascos modulares y con visor solar escamoteable.
- Cazadora con protecciones.
- Espalderas individuales.
- Rodilleras.
- Guantes.
- Adaptador de mechero de moto a usb.
También nos metieron en el baúl un spray repara pinchazos y un botiquín de primeros auxilios.
Brutal, he alquilado motos en España, Vietnam, Montenegro y Panamá y en ningún caso me han dado tanto por tan poco! normalmente aprovecharían a cobrar un plus por cada cosa, pero no sólo fue el menor precio por la moto sino que encima nos incluyeron toda esa equipación para dos personas, ah, y sin limitación de kilómetros! En fin increíble, realmente recomendable.
Y desde aquí te lo recomiendo también como opción para llevarte la moto hasta los Alpes austríacos (2,5 horas a Viena) o los Cárpatos eslovacos (2 horas).
Conducción húngara
En general la conducción en ciudad es buena, mejor que en las grandes ciudades españolas. Aunque les encanta hacer ruido con las motos y acelerar fuerte, respetan el límite de velocidad, los semáforos y saben conducir en rotondas. Si bien es verdad que no todo el mérito es de los conductores: Los semáforos pasan por el ámbar (a la vez que el rojo) antes de ponerse verde y en las rotondas hay marcas viales, bolitas en la separación del carril y señalización vertical que te dicen: carril izquierdo sólo si vas de frente o izquierda y carril derecho sólo si vas de frente o a la derecha.
Ayudas de la DGT de turno que no sólo sanciona, al parecer, también trabaja un poco.
Pero la cosa cambia cuando se sale “fuera de poblado”. Es como en las nacionales españolas en los ´80. En cuanto se puede adelantar empieza un baile de invadir el carril contrario y rebasar a toda costa al vehículo que nos procede, que visto desde atrás es casi divertido; un baile como natación sincronizada en el que te juegas la vida. Pero cuando te adelantan y te hacen frenar porque viene alguien de frente ya no hace tanta gracia. Un poco cagaprisas, no me respetaban la distancia de seguridad que guardaba, se ve que les parecía excesiva, así que mantenía un equilibrio entre distancia de frenado y que no se metiera nadie.
Ahora voy y te atropello
Fue el primer día, así como para ir calentando, para que vayas con mil ojos. Salimos de Budapest hacia el noreste, recorriendo pueblecitos, puebleando vaya. Recuerdo que atravesamos uno y que era la salida del colegio, había grupos de chavalines por ahí. Lo he situado en el mapa entre Hollókő y Egerbakta, que no creo que te diga nada pero ahí lo dejo.
Salimos justo a la nacional, zona justo antes de ser arbolada, como salimos de poblado empezamos a acelerar. Imagino que en segunda o tercera, en el carril izquierdo hay una fila de coches yendo despacio y cuando me fijo veo que hay otro par de luces en mi carril, mirando hacia mí, un kamikaze, vaya. El típico impaciente que siempre tiene que adelantar aunque sólo vaya a ganar un puesto, sin más. Bueno pues el cabrón sigue ahí, yo sigo avanzando y veo que no se mete a su carril. Que no se mete y yo me acerco, que no se mete, que no se mete hasta que me tengo que lanzar a la cuneta: zona de césped inclinada hacia afuera. Y ya imagínate, la moto empieza a rebotar, a comerse baches, el manillar incontrolable y yo, que había empezado a frenar en asfalto procuro no frenar de delante porque ya me conozco que en una situación así, césped, neumático liso e inclinación, la rueda se va en un segundo y con ella los dos al suelo, con maletas y toda la vaina, imagina una lesión ahí.
Así que aguanto los baches, agarro fuerte el manillar frenando como puedo con el de atrás (que apenas se sentía que hiciera algo) hasta que la velocidad se reduce y la moto se para.
Uf, respira, ¿todos tenemos brazos y piernas? ¿sí? uf, vale, dame un momento.
Entre la mierda del intermitente en las GS – que está en la mano incorrecta – y el claxon que hay que darle como en diagonal, ni siquiera llegué a pitar, así que nadie debió ver lo que acababa de pasar. Es más, había dos motos detrás de la fila de coches y nadie hizo nada, ni preguntar ni apenas mirar. Si el claxon hubiera estado en su sitio lo habría frito, claro y se habría enterado hasta el Papa.
Así que nada, lo atribuyo al telelever e imagino que a mi pericia en el campo, más acostumbrado a aguantar botes y rebotes. Afortunadamente no se repitió una situación parecida en 1.700 kilómetros en ningún país.
Si te ha gustado te emplazo para la semana que viene con La BMW GS 1200 R: mi opinión (Hungría en moto II).
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