BMW y su evolución: del elitismo a la tontería
Quiero decir que, el que se compra una BMW ha de cargar con todo. Es como el “més que un club” del Barça. No sólo se está comprando un moto, está comprando apariencia, el “prestigio” de tener un producto de una marca de gama alta, una falsa licencia para poder mirar por encima del hombro a los que no están a su altura, un corporativismo insano, una defensa de marca que beneficia mucho más a la propia marca que al usuario.
BMW fabrica motos de indudable calidad, de un tiempo a esta parte, ha ganado muchísimos enteros en el mercado del motociclismo. Ha ganado un público que antes no tenía. Antaño era la moto del abuelo, la del padre económicamente asentado o la del tipo adinerado. Las serie K eran miradas con envidia a veces y con competitividad otras, pero siempre con distancia. Se las veía de lejos y como inalcanzables, con motores muy potentes, grandes motos superiores a la media de lo que en su momento se fabricaba.
Pasaron luego a ser la moto de viaje de los más inquietos, esas R100 viajeras invernales que mantenían los pies calientes en invierno… pero también en verano. Esas R 90 que ahora es de colección de lujo y antes una sport turismo de pura cepa. Y como no, esa R 80 GS campera, divertida y manejable donde las haya que mantiene su espíritu intacto hasta el día de hoy. A esa la miras y no ves altanería, ves pureza de diversión en moto.
Esas motos no sólo eran buenas y prestigiosas, eran duraderas y fáciles de intervenir. Ahí empezó la leyenda de los boxer, con sus seguidores y sus detractores, pero todos podían cambiar las bujías fácilmente y en resumidas cuentas, meter mano a ese motor.
Hoy por hoy busca dónde tocar una RT si te atreves. Cuando compras una BMW no sólo compras ese “prestigio” (con unas comillas bien gordas), también pagas el privilegio de no poder tocar casi nada de la mecánica y estar obligado a llevar la moto a revisar a uno de los talleres oficiales de BMW y si no a uno de confianza…pero que tenga todo el material tecnológico necesario para enchufar la centralita de la moto a los ordenadores de turno y leer su historia, marcar las revisiones como hechas o no, ver los posibles fallos de… absolutamente todo.
Cuando compras una BMW has de comprarte a juego la equipación claro, tira tu chupa de toda la vida y compra una de esas gris y azul con el logo de la marca bien grande, ¡que se note que te has dejado la pasta! Si puedes, usa un modular Schuberth y con tiempo le irás metiendo a la moto todo lo Touratech y lo Wunderlich que puedas ir pagando. Tus maletas de aluminio y aunque sea una de esas cinchas amarillas donde se lea bien la marca, coño.
No hace falta irse al mercado de las GS, BMW ha ido sacando motos que van recogiendo cada vez más mercado y lo ha hecho muy bien!
Tanteó el mercado con la F 800, una sport turismo muy bonita, competencia de mercado con la mítica CBR 600 F, pero que dio unos fallos muy serios, aunque también muy buenos resultados. Sacaron la F 800 R (de Roadster) y alcanzaron un mercado con el que no soñaban, todos aquellos amantes de las naked deportivas de media cilindrada, buff, ¡y son muchos! lo único que le impidió comerse el mundo eran esos faros tan feos, pero la moto era un tiro e iba realmente bien! Era sólo cuestión de gustos.
Y con dinero y buenas maneras seguimos avanzando, más tecnología, más I+D, superdeportivas ganando en Superbikes, ¡espectacular triunfo! pues las metemos en las Road Racing irlandesas, hombre, a tope, ¡¿dónde está el límite?!
Con cada variante que sacan va acercándose cada vez más a nuevos públicos, van conquistando un mercado que nunca habría pensado en comprarse una BMW porque no van con él. Pero las trail están cada vez más de moda, las R 1200 GS se venden a patadas, como si fueran baratas. Las F 800 GS, mucho más lógicas, van ganando ventas, las 700, las incansables 650 monos, etc.
Pero mira la nueva R 1200 R, una estética agresiva, eso no se parece en nada a la idea del mismo modelo de hace muy pocos años. La 2015 no es la moto que se compraría tu padre, no es aquella en la que prima la seguridad, la frenada, la comodidad, el par y la estética clásica. Es una moto agresiva, potente y con toda la tecnología del momento.
Con la Nine-T tenemos hasta motos de salón y terraceo para hipsters que no quieren disfrutar de los mayores de logros de BMW: el telelever y el paralever, increíble que saquen algo así, a ese precio y que encima se venda. Es bonita sí, pero nada que no se consiga con una R 75 u 80, un poco de buen gusto y mucho menos dinero, y ya que paso de los levers paso del ABS, que para las terrazas y los salones ninguna falta que me hace.
Y es una pena ese espíritu de superioridad que le dan muchos, porque las motos que fabrican son buenas. Coño, ¡hay verdaderos logros de motos! Pero esa superioridad no se la da la gente sin motivo, el problema (si lo hay) viene directamente de Münich. Esos rubiales manejan con todo el cuidado del mundo cada eslogan, cada anuncio, cada frase y cada uno de los detalles que adornan el aura de cada lanzamiento. No se puede recorrer el mundo si no llevas una GS, ninguna traga kilómetros como una RT, la superdeportiva de moda es la S 1000 RR y su hermana calva la naked, tan ilógica como preciosa, las escúters más chingonas (increíble, con motor Kymco y logo BMW) para ir a diario al tajo y un largo, largo etcétera.
Hace poco fui a probar una Triumph recién salida del horno a un concesionario oficial: cero problemas, coge fecha, toma las llaves y luego cuéntame qué te ha parecido y cómo podrías pagarla. Ahora ve a un concesionario BMW: ¿eres lo suficientemente bueno para nosotros? a ver, tomo nota y te doy una cita para que vengas a hablar con nosotros, veas la moto, me cuentes, te cuente y ya veremos si hubiera alguna posibilidad de que probaras alguna moto. Pero oiga, que soy un cliente potencial, tengo carnet y si rompo pago. Bueno, ya veremos.
Me pasó con Harley Davidson, como decía un gran entendido al respecto, Mahou, “Harley Davidson vende motos a pesar de sus comerciales”. A ver, si la moto es buena y se ajusta a mis necesidades, ¡no hace falta que me la adornes! existe Internet, tengo información de sobra, no me comas la oreja y déjame ver si las sensaciones que me da son tan buenas como dicen. No quiero tu hermandad, quiero una buena máquina.
Y ojo, que pasa parecido con las Harleys, si te gusta el custom y tienes una Intruder, por ejemplo, tu moto es tecnológicamente mil veces mejor que una HD (frena y esos detalles), pero su rollo de “leyenda” y su aura “salvaje” hace que chavales se gasten nueve mil euros en la Harley más baja de la gama para atronar su gran ciudad dándose aires de rebelde outlaw. Y habrá gente que te mire con desdén porque tu bicilíndrico en V no es lo suficientemente guay. A otros en cambio eso les dará igual, aquellos que hayan abrazado la cultura del custom correctamente, han entendido su espíritu y visto que la segregación por marcas está tan lejos de él como una camiseta Nike con la foto del Ché.
Y es que me molesta que no valga la pena ir en moto si no calzo lo que tú me dices.
El “Lés a lés” es un rally portugués que consiste en recorrer el país de norte a sur o de sur a norte en un periodo de tiempo limitado. En su nacimiento se trató de un día, pero evolucionó a dos (gracias a Dios). Creo que representa el espíritu motero tradicional de kilómetros, hermandad y buen rollito: no es una competición, no hay una ruta con GPS, te dan un road book enrollado y has de ser capaz de orientarte, sellándote en puntos de control un buen montón de moto-clubes que te cubren de bromas y buen rollo. El rally pisa asfalto, tierra y ríos, pero está estudiado para que cualquier tipo de moto pueda afrontarlo, escúters y motos pequeñas incluidas, siempre habrá alguien que te ayude a salir del apuro.
BMW vio que los millones de GS vendidos eran comprados porque gente enamorada de las aventuras viajeras que querían emular a sus héroes de YouTube, una enorme mayoría nunca llevaría a cabo esos viajes, pero da igual, jugarían a llevarlos y punto. Así que el año pasado (2014) llevaron a cabo su propio “Lés a lés” hispano y lo llamaron igual “De punta a punta“, donde recorrerían la península de este a oeste acabando en Portugal. Puede participar cualquier moto de cualquier marca. Esto está muy bien… pero no cuela. Ya tienen otras concentraciones exclusivas de BMW, pero su “PuntApunta“, en principio abierto a todos, está enormemente contaminado de espíritu marquista que no tiene nada que ver con otra cosa que no sea molar en BMW. Por supuesto ahí vas a encontrar gente de todo tipo, gente fantástica que quiere recorrer el país y pasarlo bien parando a comer y disfrutando en su moto. Y otra gente que sólo es la prolongación de su marca y eso es fanatismo y gilipollez.
Yo tengo dos Hondas, me parece una muy buena marca, pero no me gustan todas sus motos ni sus estrategias, no pongo la mano en el fuego por ella y no iría a una concentración sólo de Hondas ¡¡porque me aburriría!! a mí me gustan las motos, no sólo las Hondas. Me gusta la gente que le da cierto uso a las motos, así sea una BMW o una Royal Enfield. No intentes separarme, no me lleves a tu secta, a mí me gustan todas.
En fin, es que me toca los cojones tanto Motorrad Riders Pinpanpún.
Uno de sus rasgos más atractivos en el diseño y su línea en la mayoría de los modelos. Fuerte saludo desde nuestra web del millón.
Excepcional reflexión y post, maravilloso, de 10.
Pues hace más de 6 años del artículo, me lo he vuelto a leer enterito del tirón y qué quieres que te diga, qué crack ese Rodrigo,¡¡me ha gustado mucho el artículo!!!
Estupendo!!!! Claro ameno y real
Un saludo
“…gente que sólo es la prolongación de su marca y eso es fanatismo y gilipollez.”. Mira por dónde… me has proporcionado una descripción perfecta que no era capaz de encontrar para definir a quien tan bien defines.
Por otra parte, darte las gracias por la estupenda cita y el enlace a mi blog; confieso que yo había “perdido” tu web en la reciente remodelación del blog; pero acabo de suscribirme y así estaré al tanto.
Saludos.
Un abrazo, hombre!
Yo también sigo tus rutas y me resultan muy interesantes.
Gracias por leer!