Cuando vendes tu moto…
Así me sentí yo al vender la Sevenfifty. El nuevo dueño era un tío majo y entendido, pero sigue doliendo…
Cuando vendes la moto, aunque sea para comprar otra mejor o más adecuada, dejar a la que fue la niña de tus ojos, tu mimada, la que te llevó y te trajo y tantas alegrías te ha dado, uf! verla irse en manos de otro y saber que ya no es tuya, es algo que sólo te consuela al pensar en la siguiente.
La preocupación de nuestros amigos brasileiros gual es algo excesiva, pero que se la lleven así, sin más, y luego ver la plaza de garaje vacía, ains! 😀
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