El otro día tuve una caída tonta callejeando con la Sevenfifty. Pero tonta, tonta.

Qué pasó:
El otro día tuve una caída tonta. Pero tonta, tonta. Fui a girar a la derecha y paré para que pasara una señora por el paso de cebra. Ella me insistió en que pasase yo y tiré. No sé cómo lo hice pero de repente estaba en el punto de no retorno de “la moto se cae”. Que ya no es la fuerza que hagas, que es que está en el suelo. Salté y bueno, no pasó más que me moría de la rabia por la torpeza y los consiguientes destrozos. Ya se sabe muchas veces una caída en parado es mucho más dañina que una en marcha porque la moto cae a plomo sobre sí misma y no existe el “suavizado” de la caída del peso por el rozamiento del movimiento: la cúpula reventada, totalmente quebrada por la tensión que soportaban las varillas. Y el estribo derecho en Parla. Roto como si fuera de escayola.

Por supuesto justo en ese momento aparece un coche al que estorbo, y mientras la señora me insistía “Te has caído de la manera más tonta, pero de la manera más tonta te has caído”, yo me aguantaba las ganas de decirle una grosería y ponía toda mi fuerza en levantar el muerto. Era la Sevenfifty, por cierto, 215kg en vacío, que no lo estaba, claro.

Cómo lo resolví:
En fin, tras mucho pensar, si llamo o no a la grúa, si me la llevo a mi casa, etc. (era la hora de comer de un día de diario y había quedado con el amiguete Fran, de aquí del foro). Si llamo a la grúa me tengo que ir con ella, ya que no puedo decirle que me deje la moto en la puerta de casa (lo quería arreglar yo, no a un taller). En ese caso ya no vuelvo al curro, tengo una hora en transporte público y sin comer, en fin, un lío.
Afortunadamente es el estribo derecho, si hubiese sido el izquierdo habría tenido que tirar de grúa fijo.
Cancelo la comida con el amiguete y tiro millas con la pantalla tiritando y el pie encajado en el chasis allí donde pillo.
Consigo llegar donde mi colega y afortunadamente me señala un taller cercano donde me prestan una llave allen para desmontar la cúpula (justo ese día no llevaba, cagontó), así se la llevará él en coche y ya me dará el deflector más adelante).
Con esto y un bocata, acabé pudiendo cumplir en el curro por la tarde y volviendo por la M-30 con el pie derecho en a ratos en el chasis, a ratos en el taco anti caída.

Cómo y lo arreglé:
Una vez salvada la papeleta y ya tranquilo en el garaje, desmonté los restos de la cúpula y estuve buscando estribos por la web y en desguaces. En uno de ellos, en persona, no tenían mi modelo exacto (me pedían llevar el izquierdo para ver si me podía servir el de otra moto) pero sí de otras Hondas, asentí y me fui. El precio de los que había era entre 17 y 21€. Lo que yo había visto en webs (mohikans, wemoto, etc.) rondaba entre 34 la pareja y 26 individual, hasta que por fin encontré el más barato por 21€ en de-moto.es.
Por una diferencia de entre 4€ y nada, un recambio usado por uno nuevo, preferí obviamente comprar el nuevo. Parece mentira que tengan esos precios en un desguace.

En fin, pues nada, por 21,67€ como precio final con envío incluido tengo el estribo en mi casa. La instalación es bastante sencilla así que con eso se acaba la historia.
Y como me dijo Fran “que todas las caídas sean así“.

Un poco de manitas

Y la Seven vuelve a lucir como nueva:

Sus restos decoran mi escritorio