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Mientras todo el mundo estaba pendiente de los nuevos partos de media cilindrada de KTM (790) y Yamaha (Ténéré 700) y antes del bajón que supuso las especificaciones finales, salí a dar una vuelta con Kilian, que estrenaba una flamante Honda Africa Twin Adventure Sports modelo 2017.

Así que entre los “jo tío, eso es mucho peso“, “para eso me quedo con la 1090” o “el recorrido de las suspensiones es una mierda, Yamaha no va a vender nada“, yo tenía ganas de una vueltecita de curvas por carretera con la gorda; así que, como él quería un poco de pisteo frugal para probar la Africa sin descojonarla, coincidíamos en una salida agradable y sin pretensiones.

El Puerto de La Cruz Verde estaba reservado para valientes sin frío…

…o para cobardes con muchas ganas de moto!!

Ambos llevábamos neumáticos de carretera y yo ya había dejado de hacer campo con estas suspensiones ladrillo, así que la cosa fue bastante curveo y pistas anchas. Lo que ocurre es que en esas fechas y en ciertas zonas de montaña, el viento, la lluvia y hasta el granizo, aportaron su parte épica que toda salida en moto “adventure” se merece.

Subiendo la pista el otoño nos engulló

La AT se portó y dejó a su dueño muy orgulloso!

Las pistas

Así que según nos acercábamos a la pista más bonita y legal en la frontera de Madrid con Ávila, los copos de granizo, el viento y la niebla desaconsejaban acercarnos a la pista que recuerdo, corre en parte por la ladera del acantilado.

Poco antes de entrar al bosque paré a preguntar a Kilian si nos poníamos el impermeable. El fino granizo ya era medio lluvia, podía ponerse grave en poco tiempo.
La cosa se saldó con un ‘tira palante‘ porque él no llevaba chubasquero, así que si se ponía mal nos mojábamos los dos! Mientras, dale caña a ver si subimos, bajamos y dejamos atrás las nubes de lluvia.

En cualquier caso nos encontramos con unos colores otoñales espectaculares que nos obligaron a parar y echar unas fotos.

Bonita foto, bonitas motos

La pista estaba perfecta, con algo de barrillo inofensivo, la niebla bajó un poco y sólo disfrutamos del frío y el pequeño tramo que nos separa a unos para comer y a otros para volver a casa.

Una de esas salidas sencillas que te cargan de energía para toda la semana!