Moto trail en Gredos ¡cuidado con los tracks!
Cuando el trabajo te invita a viajar es algo que no puedes desaprovechar, así que ¡prepáralo todo que nos vamos!
Hace ya varias semanas que, invitados por la situación, Gérard y Cédric bajaron hasta la meseta para disfrutar de los esplendorosos y siempre espectaculares montes de Gredos. Dejaron las motos en casa, no está muy fácil lo de viajar en estos tiempos, así que aprovechando sus privilegios de foráneos y los inéditos días primaverales que acontecían, hicieron lo que no está permitido a los locales: desplazarse entre provincias.
Y ahora con vídeo!!
Al no tener motos acudieron a mi colega y a mí que encantados les prestamos nuestras monturas. Si no nosotros, al menos nuestras jacas tomarían el aire y se cubrirían de polvo, algo es algo!
Así que carretera y manta con lo justo, Gérard y Cédric atravesaron Madrid y discurrieron por los montes de Gredos cual cabras montesas, esta es la historia que nos contaron.
Ojo con los tracks
Al no conocer el terreno, Gérard traía debajo del brazo un par de tracks que les llevaría el primer día en dos tandas hasta el destino elegido. Lo que no sabía nuestro querido gabachín era que los tracks de Wikiloc los carga el diablo, sobre todo cuando el nombre del autor incluye los términos “KTM”, “ADV”, “Adventure” o similares.
Un track puede haberlo creado cualquier sujeto tanto sobre el terreno como dibujado en el ordenador sobre un mapa (antes eran track y ruta respectivamente, pero puedes encontrarte cualquiera de los dos). En ambos casos puede pasar que haya caminos que no existan, que se crucen fronteras como vallas, desniveles, vegetación o ríos que pueden ser bloqueantes o no y cualquier otro giro inesperado. Has de estar pues muy pendiente y muy alerta si sigues la pista de un desconocido. Por éso es también importante los comentarios de otros usuarios así como los del creador del track. En serio, la cosa puede llevarte a un accidente o a una situación no deseada.
Nota importante
Pues tanto como un accidentes no fue, pero según relata Cédric, el primer kilómetro de pistas les metió de lleno en una prohibida vía pecuaria totalmente rota y cuesta arriba que les tiró por los suelos a los dos en distintos tramos: “Veníamos dormidos de la carretera y no nos lo esperábamos“.
Poco después y tras abrir una valla cerrada con alambre, antes de cerrarla un paisano les gritó “No cerréis” mientras él pasaba con su escúter de 50cc. Tras cerrar y salir detrás del paisano, el dueño de las tierras les gritó de mala manera “Oooooonde váis!!!!!“. Así que vuelta por donde venían, no importaba que el del escúter sí pasara, ellos no. Tuvieron que cerrar y dar un rodeo de los gordos, de los que rompen la ruta porque luego entre carreteras, vallas y parcelas cerradas, resultó muy muy difícil encontrar de nuevo el acceso al track.
Tras entrar y salir mil veces buscando pistas legales, llegaron a un callejón sin salida: el track les mandaba por senderos montaña arriba que rodearon por un acceso prohibido de una presa. Pero al final del sendero se cogía otro que recorrieron a mitad porque se dieron cuenta que llevaban rato en un camino de senderismo, de esos de bandera roja y blanca: ufff, eso es también terreno prohibidísimo! Un drama, oiga, vuelta a la presa, vuelta kilómetros atrás y más rodeos para volver a tomar el track unos cuantos kilómetros más adelante: el que hizo el track no sabía de prohibiciones.
Por fin consiguieron encarrilar una pista ancha y legal que, esta vez sí, les ponía en camino por las laderas de Gredos dirección este-oeste hacia Mijares.
Dos días de palizón que parecieron tres pero no por la kilometrada sino por los terrenos. El mismo día siguieron esquivando senderos prohibidos y escudriñando callejones de pueblitos hasta encontrar de nuevo una y otra vez el track de los…bemoles.
Finalmente y tras volver sobre sus pasos en varias ocasiones, una carretera medio asfaltada muy muy divertida les llevó al destino.
Segunda Jornada
La segunda jornada se lió también muy temprano, tras las tareas laborales que les llevaron a desplazarse a esa geografía, salieron después de comer y a los pocos metros de pisar campo y para intentar atajar un poco -muchos kilómetros les separaba del destino y pocas horas de luz- Cédric propuso acortar…subiendo un cortafuegos de esos pisados con maquinaria de oruga.
Gérard se acojonaba pero siempre subía bien, atravesaron varios tramos de cortafuegos, los últimos con muchas ramas de por medio (el temporal Filomena había causado muy graves daños por allí) lo que les atascó a cada uno en una sección. Mucho empujonar y mucho sudor para tirar montaña arriba y enlazar por fin con…el track.
Nos comen los lobos
“A las 18h máximo cogemos carretera, ¿eh?” se hace de noche y estas motos no cuentan con buena iluminación y menos en medio del monte. Las ITV´s no nos dejan mejorarla, ya sabes, ni faros auxiliares ni bombillas de led. Llegas antes y punto, así dejas contenta a la DGT y a tu señora, dos por uno (para que no digas luego que la DGT sólo busca la pasta).
Así que track p´alante, Cédric abría paso y Gérard tragaba polvo por no llevar el track en su gps. En cierto punto y tras un descanso, el mapa de Gúguel marcaba una bajada al pueblo más cercano, al sur, pero el track seguía dirección este a lo largo de la montaña, así que tira y síguelo a ver por dónde nos lleva.
Las horas pasaban, el sol se desplazaba y el camino se iba haciendo cada vez más puñetero: las rocas cada vez más grandes, las grietas más profundas y juntas, hasta que se dieron cuenta que el camino desaparecía, de hecho, desapareció unos cientos de metros atrás y se quedaron en mitad de una ladera, a unos 1250 metros de altura y sin posibilidad de continuar.
Desmontaron y caminaron cada uno en una dirección: Atrás, Gérard encontró un construcción de piedra, un depósito de agua con escalones pero sin ningún acceso a él. Cédric, adelante, atisbó un muro unos cuantos metros más abajo e intentó trazar un camino para bajar con las motos entre rocas. Pero apenas podían andar a pie, en moto podía ser un drama, una avería o lesión allí les dejaba como pasto de los lobos.
No era plato de buen gusto, pero sí la única opción: debían darse la vuelta y recorrer una buena distancia de caminos de piedras en la ladera de la montaña hasta alcanzar la bajada de la que hablaba Gúguel. Pues ale, sube y tira p´alante que la noche nos persigue, ya se van viendo gamos por la zona y no quiero ver otra cosa, que nos comen los lobos. La prisa tras la noche no es buena consejera en estas lides, el cansancio puede hacerte cometer errores y un fallo en esa situación puede ser algo muy caro (físicamente digo, aunque económicamente también).
Cuando llegaron al acceso al pueblo, la pista se convirtió en un rampa de alta inclinación y bien sinuosa. Atravesaba zonas de cortadores de leña, el camino estaba lleno de ramas que saltaban al paso de las motos, así que en pie, freno trasero y juego de pesos en las curvas de horquilla.
Desde allí tomaron distintas pistas de diferentes tamaños que les bajarían 640 metros de desnivel en unos nueve kilómetros hasta el pueblo más cercano, Gavilanes. Allí, besaron el asfalto y maldijeron al autor del track. Hemos llegado, felicitations!!
Rutón y control de daños
Ruta larga, muchos baches, grietas y piedras acaban pasando factura en motos y cuerpos. Éstos quedaron doloridos durante algunos días después del viaje allá en sus tierras francófonas.
Las motos también, la de Cédric tragó casi más aceite que gasolina, se tragó casi una lata entera de dos litros justo antes de la llegada por carretera a Madrid. Eso y un retrovisor roto desde el principio fue el pago por tanto disfrute y tanto bote.
La de Gérard también, un retrovisor salió volando sin llegar a romperse, la pantalla perdió tres tornillos y partió un cuarto por tanta vibración. Un cubre puños partido desde el principio y una palanca de cambios doblada como resultado del vapuleo, pero como dijimos con Gus, si no rompes algo en cada salida es que no lo has hecho bien!
Parece que vamos viendo la luz al final del túnel, a ver si termina el estado de excepción y podemos hacer como nuestros amigos Gérard y Cédric sin tener que esperar a que nuestros empleos nos brinden la oportunidad ¡¡paciencia, no queda ná!!
El vídeo!
El vídeo incluye sólo la mañana del primer día ¡qué le vamos a hacer!
Qué buena historia y qué bien contado.
Me gustaría conocer a ese par de personas 😉